Psicoterapia para quienes han migrado:
una mirada desde la experiencia...đ
Nací en Sonora, Y En 1977, tras la separación de mis padres, mi madre —embarazada y con seis hijos— decidió migrar sola a Baja California. Para aliviar la carga económica, nos buscó acomodo a los tres mayores en un orfanato cerca del Valle de Guadalupe. Yo tenía nueve años.
Las primeras semanas fueron terribles. Extrañaba a mi familia, mi pueblo, mi camita, la comida… todo. Me sentía sola, vulnerable y profundamente desconsolada. Tuvieron que pasar muchos años para comprender el impacto emocional que esa experiencia tuvo en mí.
Durante la pandemia, comencé a atender online a personas que viven fuera de México: en Estados Unidos, Canadá, España y Perú. Escuché historias de duelo, desarraigo, miedo, exclusión. Y algo resonó profundamente: muchas de estas personas estaban atravesando lo que se conoce como Síndrome de Ulises o duelo migratorio extremo.
Este síndrome no es una enfermedad, pero sí una afectación emocional intensa, provocada por la acumulación de múltiples duelos: pérdida de familia, cultura, lengua, entorno, seguridad. Cuando lo viví, no tenía nombre. Hoy lo reconozco, lo entiendo, y lo acompaño.
Como psicoterapeuta informada en trauma, especializada en enfoque humanista y en terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por bio estimulación sensorial ,visual, auditiva o quinestésica) he desarrollado una forma de intervención que ayuda a aliviar los síntomas del duelo migratorio y prevenir que se conviertan en algo permanente.
La atención online permite que estés donde estés, puedas recibir acompañamiento emocional profesional, cálido y efectivo.

Si te identificas con esta historia o estás atravesando un proceso migratorio complicado emocionalmente,
escríbeme por WhatsApp y agendamos una cita. Estoy aquí para acompañarte.